miércoles, 3 de junio de 2020

H.P. Lovecraft: La angustia sobre uno mismo


H.P. Lovecraft: La angustia sobre uno mismo

Por Salvador Carrillo

  • Escrito el 3/06/2020
  • Lima- Perú
  • salvadorcarrillo045@gmail.com

H.P. Lovecraft
H. P. Lovecraft

H.P. Lovecraft fue uno de los autores más importantes del siglo XX. Sus obras estaban centradas en el horror cósmico, el miedo que siente la humanidad por lo desconocido. Sus personajes más destacados son monstruos de otra dimensión o del espacio exterior, todos ellos de apariencia horrenda y abstracta. Como trasfondo a sus relatos hay una filosofía pesimista, en que el ser humano es insignificante y que detrás de las apariencias se esconde una realidad espantosa que es mejor ignorar.

¿Qué significa todo esto? ¿Qué dice del perfil psicológico de H.P. Lovecraft? ¿Qué podemos aprender, a nivel personal, de sus relatos? Para responder a esas preguntas haremos un análisis de varios de sus relatos.

11.    El miedo al mundo interior

Lovecraft fue un individuo que tuvo una vida difícil y fue una persona bastante peculiar. Solía aislarse, tenía tendencias suicidas y vivía más en su imaginación que en el mundo real. En sus cartas indicó que sus emociones son para lo maravilloso y no para lo terrenal.

Dagón
Dagón

La visión de la vida que expresaba en sus cuentos es bastante depresiva. Es de un pesimismo extremo, en que detrás de todo lo aparente hay un caos incomprensible e indiferente a la dignidad humana.

En La llamada de Cthulhu, inicia con un elogio a la ignorancia de las verdades profundas como medio para salvaguardar la cordura. Varios artistas sueñan con un mundo desconocido. Distintas personas comienzan a buscar qué está detrás del misterio. Conforme más se acercan a descubrirlo, mueren o enloquecen. Todo para acabar por encontrarse con el terrible Cthulhu, que ha emergido desde las profundidades del océano. A penas lo ven, lo arroyan con un barco y huyen despavoridos.

El océano es un símbolo común para el inconsciente. Cthulhu representa el miedo que sentimos a lo que está reprimido: un trauma, un complejo, un intenso dolor emocional… Lovecraft le teme a lo que está en su interior, huye de ello.

En Dagón, un hombre perdido en medio del océano aparece en otra dimensión. Camina por un páramo desolado. Llega hasta un obelisco en donde está el terrible Dagón. Luego, regresa a la realidad. Queda totalmente traumatizado. Al final del cuento, un ser extraño irrumpe en su habitación.

Nuevamente encontramos al océano – es un símbolo común en sus historias. Además, recordemos que Lovecraft tenía fobia al mar-. Podemos interpretar a esta historia como alguien que se encuentra con su mundo interior, pero en vez de poder procesarlo queda espantando por lo que encuentra y en un estado de terrible angustia.

22.    El miedo a la perdida de la identidad

Lovecraft le tenía miedo a la locura, esto lo atestigua en sus cartas. No es de sorprender, pues sus padres, cada uno, acabaron sus días en un centro de salud mental.

Portada de El caso de Charles Dexter Ward
El caso de Charles
Dexter Ward

El autor había desarrollado una identidad rígida. Estaba sobre-identificado con el estatus social perdido – en su niñez fue adinerado, pero al crecer su familia lo perdió todo - y con su raza – él era muy racista-. A tal punto llegaba su complejo, que se negaba a trabajar. Vivía encerrado en su propia burbuja. Su aislamiento era el mecanismo por medio del cual se escondía de la complejidad de lo real. Darse cuenta que era más que aquel prototipo rígido que deseaba ser le aterraba y restringía su evolución personal.

En El caso de Charles Dexter Ward, un personaje se obsesiona por un antepasado suyo, a quien llega a revivir. El antepasado lo asesina y toma su lugar, ya que eran iguales físicamente. Este  otro farsante es malvado y busca traer a la vida una serie de monstruos.

Lovecraft está expresando que su temor a la búsqueda de uno mismo lleva a la alienación. Para el autor la única forma de conservar lo que eres, es intentar de no auto-conocerte. El temor a lo que se oculta detrás de las sombras es el miedo a perder lo que es uno mismo.

En Arthur Jeremyn, una persona se dedica a investigar sus orígenes. Descubre que genealógicamente proviene del cruce de un humano y un ser similar a un mono. Desesperado ante este descubrimiento, se suicida quemándose vivo.

Nuevamente, encontramos el miedo a uno mismo. El terror de que el autoconocimiento lleve a descubrir que se es algo horrendo e insoportable. El darse cuenta que el monstruo es uno mismo.

33.    El miedo al otro

Lovecraft odiaba lo distinto. Los extranjeros, los de otra raza y especialmente los de otras costumbres le generaban un rechazo intenso. El autor rechazaba por principio a las actitudes de buscar comprender al otro, la apertura y el interés a lo diferente a uno mismo.

El ser en el umbral

El mundo es complejo. Y nosotros somos complejos. No solamente nos define nuestro interior, sino que somos un vínculo permanente con el mundo.

La rigidez de Lovecraft era una coraza frente al temor que sentía de sí mismo. Esta rigidez tenía por consecuencia un rechazo a toda otredad. Ya que lo distinto me obliga a replantearme quien soy.

En El ser en el umbral, un hombre contrae matrimonio con una mujer. Su esposa resultó ser un cuerpo que estaba poseído por un viejo brujo. Este brujo pasaba de cuerpo en cuerpo y así mantenía su inmortalidad. El espíritu del brujo pasó al cuerpo del hombre. Y este, a su vez, pasó al cuerpo de la mujer, el cual ya estaba en estado de descomposición.

Este cuento es sumamente simbólico. Más aún porque Lovecraft lo escribió después de divorciarse. El mensaje detrás de la historia es que vincularse con uno mismo lleva a la alienación. En el fondo trata del miedo al otro y a perder la propia identidad. Expresa una macabra visión en que los vínculos personales son una farsa, y que detrás de ellos está la destrucción psicológica.

En La sombra sobre Innsmouth, el personaje principal va movido por su curiosidad a un extraño pueblo. Allí todos son de apariencia extraña. Descubre que son híbridos, fruto del cruce con una raza que vive debajo del mar. Al final, este también comienza a transformarse en uno de los híbridos y a formar parte del pueblo.

Nuevamente, la búsqueda de conocimiento conduce a la pérdida de identidad. En Lovecraft, el conocerse a sí mismo fascina y destruye, cambia lo que eres. Este relato solo demuestra que su rechazo a lo diferente era el miedo a cambiar la visión de sí mismo.

44.    Conclusiones

H.P. Lovecraft fue un gran escritor. Sus obras merecen un análisis detallado y profunda reflexión. En sus relatos podemos encontrar un espejo de la angustia interior del escritor.

Las personas somos un misterio para nosotros mismos. El miedo a lo desconocido es el temor a lo otro y a nuestro interior. La evitación de confrontar ese miedo nos llevará a una identidad rígida, la cual es la base de mucha angustia.

Lo desconocido se supera conociendo y buscando comprender. El auto-análisis no lleva a la destrucción sino más bien al crecimiento personal. En vez de aferrarnos a una identidad rígida, debemos buscar ser abiertos a nosotros mismos y al mundo, no para perder lo que somos, sino para desarrollar una identidad mucho más amplia y compleja. 


jueves, 5 de diciembre de 2019

Cabeza de bruja

Todo debe morir en algún momento, incluso los dioses. Sobre esto pensaba yo, Alfa Centauri, al caminar entre los cráteres de lava.

He perdido la cuenta de hace cuántos eones existo. Pasado unos cuantos milenios pierdes el concepto del tiempo. Ya todo da igual. Contemplar a los humanos es lo único que me hace sentir que hay movimiento. 

En la cuarta dimensión, la noche y el día son lo mismo. En la tercera dimensión hay diferencias, maravillosas diferencias. Terminada la dialéctica, termina el devenir.

Ojalá pudieras ver los grandes cielos de figuras geométricas y los océanos de éter puro. Sobre sus aguas, los rufianes de la luz caminan perdidos, en la espera de que venga una nueva era que les devuelva sus cuerpos hechos para la violencia.

No hay mejor lugar para meditar y contemplar que alrededor de estos cráteres de lava. Alimañas y dioses vienen aquí para profundizar en su espíritu. Esto me lleva a la siguiente historia. Cuidado... Te perturbará gravemente, no es para mentes poco iniciadas, pues tuerce las normas de lo que se ha consensuado como lo real. 

Te traigo:
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Cabeza de bruja

Jorge Quiñones era un limeño estudiante de teatro. Alto, guapo, de cuerpo bien formado y homosexual. Tenía como pareja a otro joven de su misma edad. Era medianamente talentoso y le aburrían las obras dramáticas tradicionales. En su corazón deseaba explorar su psiquis y cuerpo. Estaba muy interesado en escuelas místicas y diferentes de teatro, como la de Jerzy Grotowski o Sebastián Popúl.

Sus intereses lo llevaron a un extraño casting que encontró en un grupo de facebook:

Obra teatral de terror. Teatro experimental. Se presentará para un grupo privado. 933427773.

Solo decía eso. Aunque era algo tremendamente vago para un casting - daba la impresión de ser algo poco serio o profesional-, llamó su atención y telefoneó.

Le contestó una voz sumamente rasposa. Esta le explicó que la obra era sobre un grupo de hechiceros que hacen una serie de prácticas esotéricas para llegar a entrar en contacto espiritual con su maestro, quien está en otro plano. Le explicó que se realizaría mucha expresión corporal y ante todo se buscaría el trabajo interno. La paga era  buena y la presentación sería solo una vez, para un grupo de extranjeros. Así mismo, también se remunerarían los ensayos. Además, le señalaron que tenía que pasar una audición. La dirección era en una metida calle en el misterioso distrito de Lince, lugar en donde los seguidores del ocultismo saben que se realizan varios terribles aquelarres secretos.

Jorge acudió al día siguiente, en la noche. Le abrió la puerta un hombre alto, fornido, de barba rojiza y de apariencia extranjera. El hombre le habló en inglés con acento irlandés. Jorge indicó que no le entendía. Por ello, el desconocido solo dijo "Pase, pase", en un español muy mal pronunciado.

Subieron en silencio hasta un tercer piso, en donde había una amplia terraza muy elegante. Allí se encontraba un grupo de 5 personas, 3 mujeres y dos hombres. Jugaban con cartas españolas a un juego desconocido y de reglas complicadas. El grupo a penas lo miró.

El extranjero barbudo lo llevó hasta una puerta. Quedándose afuera, le indicó que pasara. Allí había una mujer mulata de  tez clara y de ojos verde color lapislázuli.

- ¿Jorge Quiñones?
- ¿Qué tal? Soy Katya Robles. Mucho gusto.

Se dieron la mano y lo hizo pasar a una sala de tamaño mediano, de piso de madera. Tras decirle unas palabras vagas, Katya le explicó que el casting consistía en que le pondrían música y él iba a bailarla de manera improvisada. Ella explicó que quería ver su improvisación corporal.

La música eran tambores y una voz femenina que cantaba en un lenguaje conocido, ya desaparecido hace miles de años. Jorge rápidamente entró en una especie de trance y sin darse cuenta danzó en un estilo muy similar al de las bailarinas hindús. Acabó agotado y con mareos. Le agradecieron y le indicaron que ya le comunicarían si había sido seleccionado.

Esa noche tuvo una larga y extraña pesadilla. Soñó con homos


Ciudad de Caral
erectus luchando con rústicas armas de piedra contra grandes bestias. Luego, avanzó en el tiempo y vio imágenes de la gloriosa ciudad de Caral, y cómo se desarrollaba en esta un terrible sacrificio humano a los dioses antiguos. Luego, viajó más adelante,  por los pasadizos del gran templo Chavín de Huantar. Allí observó a un sacerdote parado al lado de uno de los monolitos de sus dioses, con el cual se comunicaba telepáticamente. A continuación, avanzó temporalmente y tuvo visiones del magnifico Coricancha. Sus ciclópeas paredes eran de piedra tallada de una manera sumamente fina y decoradas con láminas de oro puro. Dentro estaba el magnífico Inca Tupac Yunpaqui en una habitación de paredes cubiertas en oro y joyas. Mantenía una conversación con un ser angelical, un emisario del dios solar Punchaocanchiq. Luego, apareció en la época de la conquista española, los comienzos del virreinato del Perú. Observó al grupo de almagristas cruzando la plaza de armas de Lima, dirigiéndose al palacio de gobierno gritando ¡Viva el rey, muera el tirano!". Ellos no podían notarlo, pero en ese momento, la plaza estaba llena de entidades invisibles de otros planos, que habían acudido a observar la muerte de Francisco Pizarro. Ante los ojos de Jorge, pasó a toda velocidad la era del virreinato hasta llegar a una visión de Simón Bolívar, encerrado en su habitación, atormentado por demoníacas voces que lo empujaban a buscar ser un gran conquistador como Napoléon. Luego, sus visiones avanzaron a una mayor velocidad, hasta al final de los ochentas en donde el presidente de la República Alan García se encontraba a solas en una de las habitaciones del palacio de gobierno. Se encontraba estático, en estado de trance, con las pupilas dilatadas. Un grupo de duendes le decían al oído que estatice la banca. Luego, tuvo una visión de Lima de la época actual, el 2019, donde viajó astralmente por encima de toda la ciudad y escuchaba los susurros de las diferentes sectas secretas que hay por toda la metrópoli, hasta llegar a la cima del cerro San Cosme, en donde se producía un tremendo acto de brujería. Se abría un portal por donde emergía desde otra dimensión un hombre de larga túnica llena de adornos de oro y de cabeza alargada al estilo Paracas. Para finalizar, tuvo una visión de Lima de un futuro remoto, en donde todo estaba lleno de gigantescos edificios de vidrios tornasolados e inmensos distritos subterraneos, así como de tecnología aún no descubierta en la era presente.

¡Despertó cubierto en sudor! Al lado, su pareja sentimental dormía profundamente. Fue a la cocina y bebió una cerveza. Sintió una profunda necesidad de volver adonde fue la audición. Tenía un imperioso deseo de volver a ejecutar la esotérica danza.

A la mañana siguiente lo llamaron para decirle que había sido aceptado en la obra.Durante el día los recuerdos de su extraño sueño lo tuvieron muy aturdido. Poco sabía que su siguiente sueño serían aún más extraño.

El día del primer ensayo fue al mismo lugar de la audición. Nuevamente le abrió el hombre barbudo. Subió hasta el tercer piso, donde se encontraban las 3 mujeres y los dos hombres. Estos no jugaban, esta vez, con cartas españolas, sino con un tarot Rider White. Ingresó al mismo espacio de la otra vez. Allí dentro habían siete personas, 4 hombres y tres mujeres. Katya le alcanzó una maya  negra de cuerpo completo, lo mismo que  usaban los otros. Le indicó que se lo ponga.

- Vamos a ensayar todos juntos.

Pusieron la música de la otra vez. Todos entraron en un extraño trance. Poco a poco comenzaron a danzar sincronizadamente, hasta que se armó una estética y compleja coreografía. Bailaron casi por una hora.

Esa noche a Jorge le costó conseguir el sueño. Una vez dormido, soñó cosas muy extrañas. Estaba volando sobre los andes en medio de la noche. En eso mira, hacia arriba y ve a una Uma. Jorge había escuchado a sus abuelos cuzqueños sobre dicha entidad. Se trataba de una cabeza flotante de mujer, de largos cabellos, que busca destruir a los varones. Existen muchas Umas escondidas por todo el altiplano peruano, que durante el día permanecen pegadas a su cuerpo, pero algunas noches se separan para salir a volar y destruir a sus víctimas.

La Uma bajó la cabeza, le lanzó un beso volado y se comenzó a reír. Jorge entró en pánico y despertó en medio de su cama. En eso, su sábana comenzó a levantarse, y apareció la Uma riendo y  flotando sobre él. Él gritó de terror y volvió a despertar. Había sido otra pesadilla.

Al día siguiente, fue al ensayo. Nuevamente le abrió la puerta el hombre barbudo y de nuevo subió al tercer piso. Katya lo hizo pasar al lugar de los ensayos. Dentro estaban sus otros compañeros de baile, todos tenían cara de cansancio, como si también hubieran dormido mal.También estaban dentro las personas que estuvieron las otras dos ocasiones sentadas jugando cartas-

Entonces, se escuchó cómo Katya cerró la puerta con llave, por fuera. Las 3 mujeres y los dos hombres - aquellos que estuvieron jugando con las cartas españolas y el tarot- estaban sentados en el piso.Uno de los varones dijo: Hoy dirigiremos el ensayo nosotros. Una de las mujeres burlonamente preguntó: ¿Qué pasa? ¿Durmieron mal?

Todos se asustaron, incluido Jorge. ¡Todos habían soñado con la Uma!, se le reveló intuitivamente. ¡Todos tenían miedo porque  la mujer que acababa de hablar tenía el mismo rostro que la cabeza voladora del mundo onírico!

La cabeza de las tres mujeres se desprendieron y comenzaron a volar por toda la habitación. Todos comenzaron a correr gritando llenos de terror dentro de la habitación. Los otros dos hombres, aliados de las Umas, comenzaron a sufrir una transformación. Sus cabezas comenzaron a crecer en forma cónica. Eran sacerdotes paracas.

- ¡Umas!- dijo uno de los de cabeza cónica-. ¡Dejen de jugar con ellos! ¡Hagan su labor!

... Y las Umas comenzaron a pronunciar su terrible hechizo sobre todos los bailarines.

Un año después, en las secretas catacumbas precolombinas de una casona antigua limeña se escuchaban las risas de una Uma. El poderoso hombre de la casona descendió al subsuelo, acompañado de sus súbditos. Ingresó hasta una cámara sagrada iluminada con antorchas.

Los que fueron 4 hombres y 3 mujeres amantes de las tablas - en los que estaba incluido Jorge-, ahora eran unas bestias felinas y peludas, que no se podía distinguir de qué género eran -femenino o masculino-.Los dos sacerdotes paracas que participaron en el ataque de la zona de ensayos ingresaron con sus telares más finos. Ambos comenzaron a tocar unos tambores y cantar de la misma forma que sonó en la grabación de la audición.

Las bestias comenzaron a danzar la impía coreografía de invocación a los antiguos dioses. El hombre poderoso miró con deleite el baile y recordó la era pasada, cuando gobernaba la gran ciudad de Caral.

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¡Qué agradable es estar en la cuarta dimensión y ver todo lo que los demás no pueden ver! Hay un mundo oculto detrás del evidente. Y otro aún más oculto tras de ese. Los rufianes de la luz se han puesto a danzar al ritmo del baile de los sacerdotes paracas. Es muy divertido verlos.

Jorge quiso embarcarse en algo nuevo y diferente. Nunca pensó que sus sueños terminarían por volverse realidad, literalmente. 

Hasta un próximo encuentro. ¡Nos vemos otro día que vengas a visitarme a la cuarta dimensión!







sábado, 23 de noviembre de 2019

Y el virrey danzó

¡Has vuelto! Sabía que te seduciría mi anterior relato. ¿Qué pasa? ¿No le temes a la locura? Deberías...
Yo, Alpha Centauri, vigilante de la tercera puerta del infierno, lo veo todo y lo sé todo. Existo en la cuarta dimensión. Me encontraba jugando ajedrez con un repugnante monstruo de cuerpo trapezoide, amarillo fosforescente con venas anaranjadas. Está cubierto de ojos y a pesar de ello es ciego. Solo nota los cambios de luz. Ve con el poder de su mente. Bueno, no tiene mente, tiene... otra cosa que no comprenderías. 

Esta vez viajemos al virreinato del Perú. ¡Vaya época! ¡Santa Rosa de Lima, santa inquisición y sectas secretas! Con cada palabra que lees, siento que me fortalezco. Pero da igual, me importa más mi juego de ajedrez. Este monstruo repugnante es buen jugador, pensar que alguna vez fue humano, como tú. 

Que empiece el relato: 
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"Y el virrey danzó"

Era 1618. El Virrey del Perú era Francisco de Borja y Aragón.
Virrey Francisco Borja y Aragón
Había pasado un año desde la muerte de Santa Rosa. Todo parecía que la iban a proclamar santa. Al morir, el pueblo casi le arranca la ropa solo para tener un trozo de tela como reliquia religiosa. 

El poder espiritual de esa mujer era impresionante. Y él era ateo, totalmente. Aunque claro, no se lo podía hacer saber a nadie. Es más, para llegar al poder era miembro de la Orden de los Caballeros Rojos. Un grupo de poderosos entregados a prácticas paganas. Él solo era parte de eso por los contactos, nada más. 

Santa Rosa ha muerto. Bien. Que el pueblo se ahogue en religión, así está más controlado. Se sirvió un poco de ron. Le encantaba el ron. La embriaguez era algo delicioso para él. 

Salud por mí, dijo brindando con la pintura de su antecesor el virrey Juan de Mendoza y Luna. Tras beberse tres cuartas partes de la botella se recostó y entró en un profundo sueño. 

De las sombras emergió una rata gorda humanoide que camina en dos patas y del tamaño de un gato, un pato con ojos de humano y patas de gallo, tres vampiras muy hermosas de frondoso cabello negro y apariencia gitana y un brujo de sangre celta, muy barbudo y pelirrojo. Deambularon por la habitación revisando todas las cosas del virrey. Luego se pusieron a danzar. La rata sacó su smartphone y les dijo: ¡Gente, una foto! 

La rata le solicitó a una de las vampiras su palo de selfie. Lo uso para su celular y todos se tomaron una foto. La cara del virrey estaba para un costado, no se veía bien. El pato con una ala lo enderezó. Ahora sí, dijo la rata. Y se tomaron varias fotos. Antes de irse una de las vampiras tomó un poco del ron. Entonces, todos los seres se metieron a las tinieblas y desaparecieron. 

A la mañana siguiente el virrey Francisco se despertó. Había un extraño olor rancio en la habitación. ¡Qué extraño!

Ese día no quería hacer nada. Se quedó en su habitación. Pensó en poesía. Tal vez en un futuro haría un poemario con temática cristiana. El no creía, pero daba igual,lo importante era expresarse y a que le gente le guste.  

Esto de ser virrey le aburría. Cogió su botella de ron y notó que había un poco menos. Seguro tomó más de lo que pensó. Entonces, pensó que lo que necesitaba para animarse era una mujer. Mandó a pedir una esclava para abusar de ella, pero no había ninguna disponible. Dijo que no importaba y se metió a la cama. Se puso a pensar qué sería del virreinato en el futuro. Intuyó que todo se iría al diablo. Caería el reino de España. Caería el virreinato. Caería todo. Todo se fragmentaría como un caleidoscopio. Algún día Europa no sería la Europa que conocía. Los reyes caerán, pensó. Pero no hoy ni mañana. Pensó en Santa Rosa y quiso orarle para pedirle que se caiga Europa y América entera y así verse libre de las cadenas de  la estructura social. Pero no oró porque no tenía fe. Tenía una mente materialista. Sintió en su  ser que algún día el poder eclesiástico caería. ¡Todo da vueltas! ¡Nada se sostiene!¡La vida es incertidumbre! ¡Y él en medio de todo!Se sentía como un farsante.  Solo quería que lo dejaran en paz y no venga alguien a quejarse de cómo van las cosas en las minas. 

Tras tontear todo el día, llegó la noche y se durmió, nuevamente ebrio. De una de las esquinas más oscuras salió el pato con ojos humanos y patas de gallo, fumando un habano que hurtó de Fidel Castro, en el futuro. 

- Este virrey para borracho, ¡cuac! 

Saltó a una silla y desde la ventana miró la plaza de armas. Caballos por todos lados. Había venido a mirar. ¡Qué diferente con la Lima del 2019! Entonces, ¡tuvo una idea! Colgando al lado de cuerpo tenía un pequeño morral. Con una de sus flexibles alas sacó su smartphone y llamó a sus amigas las vampiras. 

- Ey. ¿Cómo que quién es? Soy yo, el pato, no me obligues a decir mi nombre prohibido ¡cuac! Estoy donde el virrey Francisco. No Francisco Pizarro, ¡Francisco de Borja y Aragón!, el de la otra vez. ¡Tuve una idea! ¡Vengan! ¡Acá les digo! Les va gustar. 

Las tres hermanas vampiras fueron rápidamente. El pato siempre era muy divertido. El ave les explicó el plan: Llevarían al virrey al futuro, de paseo. 

- ¡Cuac! ¡Despierta bobo! 
- Háblale bien, pato.
-Sí, sí. ¡Despierta, virrey! 

El virrey abrió los ojos y observó al pato parlante y a las tres bellas vampiresas, que convenientemente enseñaron sus colmillos. 

El virrey gritó pero el pato había realizado un hechizo para que no se escuche nada afuera de la habitación. 

- Escucha virrey. Esto no es real, ¡es un sueño!¡Estas vampiresas son el lado femenino de tu inconsciente! 
-¿Inconsciente?
-Pato, él no sabe qué es eso. 
- Ah verdad, verdad... Eh... Somos un sueño, eso es todo. Vas a hacer un viaje a Lima del futuro. 
- ¿Es un sueño?
- Soy un pato que habla, ¿cómo podría ser real algo así? 
- Tienes patas de gallo. 
- Y tu eres borracho. 
- ¡Pato, no jodas al virrey!
- Sí, sí. Digo, así somos los patos del mundo de los sueños. 

Las tres vampiresas se acercaron coquetamente. El virrey no podía sacar la vista de sus colmillos. 

- ¿Qué son ustedes?
- El virrey no sabe nada de Drácula, chicas - dijo el pato tirando al piso la ceniza de su habano. 
- Somos... seres mágicos del país de los sueños. 

Entonces de entre las sombras emergió uno de los condes del infierno. Un ser de forma humanoide, cuernos rojos, pero en vez de ojos tenía un agujero. 

- ¡Uy mierda, la cagada! ¡El conde Baba'Ra! - dijo el pato, escondiéndose detrás de una de las sexys vampiras. 

Las vampiras le explicaron lo que iban a hacer. Pensaron que iban a ser  todos castigados, pero el conde infernal se rió y dijo:

- Les doy permiso, estaré mirando desde la cuarta dimensión. ¡Será divertido!

Y el conde se esfumó riéndose. 

- ¡Bien carajo, no nos eliminó! - dijo el pato metiéndose un trago de ron. 

El pato recitó las palabras mágicas y se abrió el portal. Se metieron todos. Al virrey lo metieron de un jalón. 

El viaje fue a través de la cuarta dimensión. Pasaron por figuras geométricas imposibles y colores que los humanos desconocen. Un infinito enloquecedor en que los sonidos son imágenes y las imágenes son energía. Entonces, se abrió un portal y aparecieron en el año 2019, en el emporio comercial de Gamarra. 

- Una docena de calzoncillos a diez soles - gritó una voz. 
- Pase por aquí amigo, caballero, buenos precios - dijo otra voz. 

- ¿Qué es esto? - preguntó el virrey. ¡Cuánta gente! ¡Por todos lados hay telas! ¿Esto es el Medio Oriente?
- Es Lima del 2019 - le dijo el pato. 
- La gente no se sorprende de tu apariencia, pato - dijo el virrey. 
- He realizado un hechizo sobre mi persona. La gente al verme ve a un hombre guapo y elegante. 
El pato no lo dijo, pero había realizado un hechizo sobre las vampiresas para que puedan caminar bajo el Sol. 

Un niño miró al virrey con la boca abierta. 
- Oye causa, ¿de qué estás disfrazado? ¡Una foto, pe!

El niño sacó su celular y se tomó foto con una mano. En la otra levantó uno de sus dedos pulgares. Luego, se fue rápidamente. 

- ¿Qué fue eso? - preguntó el hombre del pasado. 
- No se preocupe - dijo una de las vampiresas-. Solo que estás vestido diferente a los de esta época. ¡Vamos a comprarte ropa! 

Llevaron de paseo al virrey por las galerías. Le compraron un polo con una foto estampada del rockero Peter Suarez Vertiz, unos jeans y zapatos. Luego, le compraron un ceviche de una de las carretillas. Le gustó mucho. Los cuarto salieron antes del anochecer de Gamarra y subieron al tren eléctrico con dirección a Villa El Salvador. 

Tras pasear unas horas, fueron a un concierto de salsa. Se presentaba Josiman y su Magicbú. La música le encantó al virrey quien sorprendentemente captó el ritmo del baile de manera rápida. Bailó con las tres vampiresas, quienes también se divertieron mucho. Incluso a una ellas él virrey le comenzó a parecer un poco lindo. El pato aprovechó para tomar una foto. 

Tras un par de horas, el pato dijo que harían un salto espacio- tiempo de unos días a otro lugar. Aparecieron en la Alameda Chabuca Granda. El virrey quiso hacer una pregunta, pero una de las vampiresas le dijo Shhh... el show va a empezar. Y comenzó el espectáculo de los cómicos ambulantes. Los chistes y burlas eran tan fuera de serie para el virrey que casi se desmaya de la risa. El pato se sorprendió que le diera tanta risa, y le tomó otra foto. Acabé el show  e hicieron otra teletransportación, ahora a la plaza de armas. 

El virrey Borja y Aragón se sorprendió de que todo sea asfaltado. Las familias caminando y la gente sentada comiendo en las escaleras de la catedral. 

- Así que tenía razón, esto ya  no es España. 
- No virrey, dijo el pato. No lo es. Es otra cosa, otro mundo totalmente diferente al que conoció. 
- ¿Ya debo volver?
- Sí. 
- Antes de irme, pato, quiero probar algo que le escuchado a la gente en la calle. ¡Dame a probar una chela!

Tras beberse una cerveza, se abrieron los ojos del virrey en su cama. Poco a poco el sueño se fue desvaneciendo y no recordó nada de lo sucedido. Aún así, no sabía porque se sentía diferente. Solo se paró en su balcón a mirar la plaza de armas, sin saber qué buscaba allí. 

Mientras, en el infierno, el Conde Baba'Ra se tomaba una cerveza peruana y reía a carcajadas mientras miraba en su Whatsapp las fotos que le envió el pato del paseo del virrey. Luego, dejó de lado su risa, se sentó con sus piernas cruzadas y retornó a su práctica de meditación en medio de los cráteres con lava. 

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- Jaque Mate. ¡Gane!

Siempre le gano a ese monstruo. Los juegos de meza son unas de las cosas con las que nos entrenemos por aquí. Otra evidentemente es invadir los sueños y mente de los seres humanos. ¿Sabes lo que te sucede cuando duermes? ¿Te has puesto a pensar? Tal vez viajas a otros lugares. Tal vez seres impíos juegan contigo. ¿Qué es de ti si no recuerdas lo sucedido? ¿Habrán entidades fuera de la realidad que te observan y se ríen de ti? A lo mejor si te quedas en silencio escuches su risa. 

Vuelve luego y te contaré otro relato. 









Cuerpo roto I: Ratas de Magdalena

El cuerpo roto I
Ratas de Magdalena


¡Déjame contarte terribles secretos que solo son conocidos por las alimañas infernales! ¡Te advierto que la historia que te contaré está basada en hechos verídicos! y pueden... no, ¡te llevarán a la locura! ¡Estás advertido!

 Mi nombre es Alfa Centauri. Soy uno de los guardianes de la tercera puerta del infierno, pero no hablemos de eso.  Me es muy difícil bajar a la mentalidad de los humanos. !Si solo vieras el palacio donde habito, entonces te darías cuenta que tu realidad habitual de buses, basura callejera, edificios de oficinas y demás son una gran nada! Será mejor que te hable de burdeles, borracheras colectivas de personas bebiendo licor y partidos de fútbol de mierda. ¿Eso es lo que te gusta verdad? Sino a lo mejor  prefieres que hable cosas morbosas de las parejas que veo haciendo el amor todas las noches, con su pareja o su amante. Yo habito en la cuarta dimensión. Para mí todo sucede a la vez. No dhay un más allá, ni antes ni después.... ¿ Esto es Demasiado para ti?

Me conviene que me leas. Solo así me regeneraré y entonces... bueno, después de tantos eones, me da igual. Ya luego te hablaré sobre mí. Ahora, lo que tengo para ti es una exquisita historia que te helará la sangre. ¿Has venido por un relato, verdad? Entonces ven, viaja mentalmente conmigo hacia la cuarta dimensión, y déjame mostrarte aquello que llamo: "Ratas de Magdalena"

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Ratas de Magdalena

Mariela había nacido en cuna de oro. Todo había sido comodidades hasta que una cruel y rara enfermedad le quito la vida a su padre. Entonces, con su madre se mudo a casa de su abuela, en el distrito de Magdalena, dejando atrás la mansión en la Planicie. De su nueva residencia al menos disfrutaba de la vista del mar.

Poco a poco se fue acostumbrando al barrio. Sobretodo cuando conoció a Claudia, otra adolescente de su edad que también era lesbiana. Mariela nunca antes había podido disfrutar de su tendencia sexual, así que Claudia fue ¡un despertar!

Pasado el año, estaba feliz en ese distrito, hasta que pasaron los abominables y heréticos sucesos que desencadenaron al caos.

Un día, comprando en el mercado de Magdalena algo negro cruzó frente a ella. Extrañada, se acercó. Descubrió a una rata gorda, del tamaño de un gato, parada en dos patas. Su rostro tenía cierto matiz humanoide.

- Hola linda - le dijo la rata-. ¿Deseas divertirte?

Entonces la rata comenzó a reír histéricamente y se metió en uno de los puestos. Allí estaba sentada una vieja con apariencia de bruja.

- ¿Porqué esa cara de asustada, niña? ¿Te dan miedo las ratitas?- la vieja comenzó a reír.

Entonces,  ¡Mariela se desmayó! La llevaron al hospital... donde no pudieron identificar qué mal tenía. Solo una inexplicable fiebre mediana. La llevaron a casa de su abuela. Se pasaba el día en cama. Cuando dormía tenía raras pesadillas.

Veía en sueños a sacerdotes Paracas, aquellos de cabezas alargadas, con largas túnicas, sosteniendo a ratas enormes, como la que vio en el mercado. Los sacerdotes charlaban con las ratas. Hablaban de teología, filosofía y matemáticas. El sacerdote más viejo y de cabeza alargada más pronunciada, tenía en manos a una rata ciega de un ojo y rojiza. Ambos parecían los de mayor jerarquía en ese lugar.

En otras ocasiones, soñaba que la rata que solo veía por un ojo le recitaba al oído  conjuros y hechizos al sacerdote de mayor jerarquía. Conforme progresaron las semanas, en sueños vio a los sacerdotes de cabeza alargada recitar vociferando los versos, de memoria, lo que generó que se abra un portal interdimensional color violeta. Ellos se metieron por dicho portal con las ratas y desaparecieron.

Tras ese sueño, la fiebre se fue. Mariela se recuperó y retomó su contacto con su querida Claudia. Entonces, se atrevió a contarle los raros sueños a su dulce novia.

- ¡Mary -diminutivo de Mariela-, en ese mercado no hay ratas! Si hay algunas señoras mayores que venden flores, pero te aseguro que no tienen ratas infernales. Y los sueños que tuviste, no sé. Seguro leíste algo de historias del Perú. La fiebre nos hace ver cosas locas. 

Las palabras de Claudia le trajeron tranquilidad. Mariela disfrutaba de estar con su abuela y su mamá. Además, todas las tardes iba a ver el mar. Ahora que ya todo estaba tranquilo, la vida no estaba tan mal. Aunque de repente, las cosas se tornaron bizarras y peor que antes.

Poco a poco la cabeza de Mariela se comenzó a alargar y su cabello a caerse. De lo linda que era, en el lapso de un mes, su cabeza se volvió como la de los de la cultura Paracas. Se miraba aterrada al espejo. Fue al hospital y nadie se explicaba esta rareza.Para salir a la calle, comenzó a cubrir su fálico cráneo con una pañueleta . Claudia ante esta deformidad la rechazó con asco. Ya no eres linda, le dijo.

Decidida a ver qué sucedía fue a investigar al mercado. Nunca volvió a encontrar el puesto de la anciana y la rata impía. Así mismo, algo aún más extraño sucedió. Comenzó a desarrollar la capacidad de leer la mente.

Con su nueva habilidad leyó la psiquis de su abuela y  de su madre. Mariela descubrió que su mamá estuvo poniendo compuestos químicos en la comida de su padre para que enferme. Lo odiaba porque este había perdido toda su  fortuna en malas inversiones, estaba lleno de deudas; ya  no lo quería a su lado. Así mismo, descubrió que la abuela odiaba a Mariela, pues la consideraba un estorbo.

El nuevo estado físico de Mariela la había cambiado psicológicamente. La transformó en inhumana. Tomó un cuchillo. Se quitó la pañueleta de la cabeza y en medio de la noche asesinó a su madre y  a su abuela. De entre las sombras riendo apareció la extraña rata sosteniendo un libro bajo su brazo.

- Muy bien, linda. Muy bien.

La rata abrió el libro y se lo entregó a Mariela.

- Dame tu  dedo.

La rata le dió un pequeño mordisco y apareció una gota de sangre.

- Firma.

Mariela, en trance, firmó con su sangre en el sombrío libro, hecho con piel humana. La rata recitó los versos que ella había escuchado en sueños.

La alimaña riéndo entró al portal junto con ella. Tras desaparecer, del portal salieron decenas de ratas de la misma especie y se comieron la carne de la madre y la abuela. También lamieron la sangre del piso. Quedaron llenas e hicieron siesta sobre los relucientes y relamidos huesos.

Tiempo después, Claudia se arrepintió de haber rechazado a Mariela, pero no la volvió a encontrar. Parece que mudó, pensó. Esto la puso muy triste. Se paró en el malecón a mirar al mar y llorar. Mariela venía de una familia tan linda, ¡cuanto le hubiera gustado ser parte de esta!

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Espero hayas disfrutado de este relato. Mi nombre es Alpha Centauri y  me despido. Cuidado cuando vayas a comprar flores al mercado... tal vez una rata te quiera jugar una broma pesada. ¡Hasta un próximo encuentro!Te estaré esperando en la cuarta dimensión.







H.P. Lovecraft: La angustia sobre uno mismo

H.P. Lovecraft: La angustia sobre uno mismo Por Salvador Carrillo Escrito el 3/06/2020 Lima- Perú salvadorcarrillo045@gmail.com H. P...